¿Alguna vez has pensado que la razón por la que no logras mantener tus hábitos saludables es simplemente porque “te falta disciplina”? Este artículo es una invitación a dejar de culparte y comenzar a conocerte.
Porque cuando entiendes cómo eres —cómo reaccionas ante las tentaciones, cómo te motivas, cómo tomas decisiones— puedes por fin diseñar un estilo de vida que funcione para ti, sin sufrimiento, sin ciclos de culpa… y sí, incluso con un postre de Gabuccino al final del día.
1. La etiqueta correcta: ¿cómo manejas las tentaciones?
Según la autora Gretchen Rubin, hay personas que prefieren eliminar completamente las tentaciones porque les resulta más fácil decir “nunca” que decir “solo un poco”. Estas personas son los todo o nada. Por ejemplo, si alguien dice que va a dejar el azúcar, le resulta más fácil no probar ni un dulce que comerse “solo un pedacito”.
Por otro lado, hay personas que necesitan saber que pueden tenerlo, pero en cantidades pequeñas. Estos son los moderados. Prefieren comerse un cuadrito de chocolate al día y se sienten bien con eso. Si intentan eliminarlo por completo, sienten ansiedad.
Ningún estilo es mejor que el otro. El truco está en identificar qué tipo de persona eres tú frente a diferentes tentaciones.
Ejemplo práctico:
- Puede que seas “todo o nada” con el azúcar, pero “moderado” con el pan.
- O tal vez puedas tener vino en casa sin problema, pero si hay galletas… no puedes parar.
2. ¿Qué te motiva de verdad?
Muchas veces empezamos un cambio de hábitos porque pasó algo externo: una ruptura, un comentario doloroso, unas fotos que no nos gustaron. Y sí, esas cosas pueden empujarnos a actuar.
Pero hay un problema: cuando la emoción que te motivó desaparece… también desaparece tu compromiso.
Por eso, es importante hacerte preguntas más profundas:
- ¿Por qué quiero estar más saludable realmente?
- ¿Cómo me quiero sentir en mi día a día?
- ¿Qué cosas ya no quiero repetir?
- ¿Qué tipo de vida quiero construir a largo plazo?
Cuando tu “por qué” es fuerte, no necesitas estar motivado todos los días. Simplemente sabes que lo estás haciendo por ti, no por un resultado rápido ni por agradar a alguien.
3. ¿Te sirve tener estructura o prefieres la libertad?
Una parte clave para crear hábitos sostenibles es entender cómo te relacionas con la organización. Algunas personas se sienten seguras con rutinas claras, menús semanales y horarios. Para ellas, la estructura es un apoyo. Otras, en cambio, se sienten presionadas por tanta rigidez y necesitan libertad para decidir en el momento, según cómo se sientan.
Pregúntate:
- ¿Te relaja tener tus comidas planificadas o te estresa?
- ¿Te ayuda un menú fijo o prefieres tener opciones saludables sin un orden establecido?
Cuando te conoces, dejas de forzarte a seguir métodos que no van contigo. En vez de luchar contra tu naturaleza, empiezas a crear una forma de comer que se ajusta a ti —y por eso, puedes sostenerla en el tiempo.
4. Parte práctica – Cómo aplicar esto desde hoy (sin sufrir):
- Haz una lista con tus “tentaciones clave” y decide si necesitas evitarlas por completo o puedes manejarlas en pequeñas dosis. ¡Sé honesta contigo!
- Diseña tu entorno sin fricción. Si tienes que decidir entre lo saludable y lo tentador 10 veces al día, perderás. Hazlo fácil: ten opciones saludables a la mano y guarda lo demás fuera de vista (o fuera de casa).
- Rodéate de apoyo si lo necesitas. Si eres alguien que se compromete más cuando otros están pendientes (como muchas personas), busca una amiga, tu pareja, un grupo de WhatsApp o un profesional que te acompañe.
- Reformula la meta. No se trata de perder 5 kg en 3 semanas. Se trata de sentirte bien contigo, tener energía, disfrutar lo que comes, y construir una vida de la que no necesites escapar.
- Y sí… cómete el postre.
Pero que sea uno que tu cuerpo agradezca. Uno que te haga bien. Que no te genere culpa ni ansiedad.
Como los postres de Gabuccino: hechos con ingredientes reales, sin azúcar refinada, sin harinas blancas, y llenos de amor.



